08/12/2022
Todos los 7 de diciembre en Guatemala, se lleva a cabo la tradicional Quema del diablo, la cual se basa en incendiar una piñata del demonio o una figura genérica en cualquier lugar del país. La misma, es un evento que tiene lugar hace más de 40 años y gracias a la labor del Comité del barrio de la Concepción. Donde el diablo, es una creación artística y tiene una finalidad.
El mismo, incluso puede representar en sí un discurso satírico y político, en su figura y en los mensajes que se le colocan en un cartel desde días previos. Tal como se lo conoce en la región, como El cachudo, siempre cuenta con alguna connotación, dado que se ha dedicado a alcaldes diputados, presidentes, sindicalistas, líderes y personalidades.
Este ritual, se enfoca en purificación del espíritu y del hogar a través del fuego, en el cual se busca sacar la maldad que representa el personaje del tridente, como antesala de las fiestas navideñas y augurio de una entrada limpia al nuevo año. Dado, que en esta costumbre se aprovecha a realizar como parte de los preparativos a la Navidad, de esta manera se declara el vencimiento del "diablo", para darle espacio a la natividad cristiana.
Dicha tradición se remonta a la Época Colonial, cuando aún no existía alumbrado eléctrico. Cada 8 de diciembre los guatemaltecos asistían a la procesión de la Virgen de Concepción y para alumbrar el recorrido colocaban antorchas o realizaban fogatas frente a sus hogares. Es así que en la Antigua Guatemala y en la Ciudad de Guatemala estas fogatas eran conocidas como Las Luminarias de la Virgen, colocadas por el ayuntamiento de las ciudades desde el siglo XVII. Poco a poco la celebración fue transformándose y actualmente también se incluyen fuegos artificiales y piñatas con forma de diablos para quemar.
Según comentó una residente del país a este medio, esta es una tradición guatemalteca, la cual detalló los lugareños, el Diablo se esconde entre las cosas viejas que se encuentran en los hogares. "Nosotros nos encargamos de purificar nuestras casas y vidas, quemando una representación del mal", explicó Ana Morales.
Por otro lado detalló: "Con esta acción, se eliminan los males que se han sufrido durante el año y se hace espacio para las cosas buenas. Es un simbolismo, que es parte de una tradición que se hace desde que era niña, lo que permite la purificación de la familia y la casa".
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